La disciplina positiva es un enfoque que se centra en enseñar y reforzar comportamientos positivos en lugar de castigar comportamientos negativos. Algunas maneras de utilizar la disciplina positiva para evitar las rabietas son:

  1. Establecer límites claros y coherentes. Es importante que los niños sepan qué se espera de ellos y cuáles son las consecuencias de sus acciones.
  2. Fomentar la comunicación y el diálogo. Cuando un niño se siente comprendido y escuchado, es menos probable que tenga rabietas.
  3. Dar opciones. En lugar de decirle a un niño lo que tiene que hacer, darle opciones le ayudará a sentir que tiene control sobre su entorno y a tomar decisiones responsables.
  4. Proporcionar atención positiva y refuerzo. Al reconocer y reforzar comportamientos positivos, se puede ayudar a un niño a desarrollar confianza y autoconcepto positivo.
  5. Aprender a manejar las emociones. Enseñar a los niños a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable puede ayudar a prevenir las rabietas.
  6. Ser consistente. Es importante ser consistente al establecer límites y hacer cumplir consecuencias para que los niños sepan lo que se espera de ellos y puedan tomar decisiones responsables.

 

Para establecer límites claros y coherentes utilizando la disciplina positiva, puedes seguir estos pasos:

  1. Identifica qué comportamientos son aceptables y cuáles no lo son. Asegúrate de que los límites que establezcas sean razonables y adecuados para la edad y el nivel de desarrollo del niño.
  2. Comunica los límites de manera clara y concisa. Utiliza lenguaje que el niño pueda entender y evita ambigüedades.
  3. Establece consecuencias positivas y negativas para cada comportamiento. Las consecuencias positivas son recompensas por comportamientos aceptables, mientras que las consecuencias negativas son consecuencias por comportamientos inaceptables. Asegúrate de que las consecuencias sean proporcionales al comportamiento y coherentes con los límites que has establecido.
  4. Haz cumplir los límites de manera consistente. Es importante que seas constante al hacer cumplir las consecuencias para que el niño sepa lo que se espera de él y pueda tomar decisiones responsables.
  5. Ofrece oportunidades para que el niño practique comportamientos aceptables. Proporciona al niño la oportunidad de mostrar comportamientos aceptables y refuérzalos cuando lo haga.
  6. Sé flexible. Recuerda que los límites deben adaptarse al desarrollo y las necesidades del niño, por lo que es importante ser flexible y estar dispuesto a modificar los límites si es necesario.

 

Para fomentar la comunicación y el diálogo utilizando la disciplina positiva, puedes seguir estos pasos:

  1. Ofrece atención positiva y refuerzo cuando el niño se comunica de manera efectiva. Esto puede ser una palabra de elogio, una sonrisa o un abrazo.
  2. Escucha activamente. Ofrece tu atención y presta atención a lo que el niño está diciendo, sin interrumpir.
  3. Valida sus emociones. Ayuda al niño a reconocer y nombrar sus emociones y a entender que es normal tener emociones fuertes.
  4. Ayuda al niño a expresar sus sentimientos de manera adecuada. Enséñale a decir «estoy enojado» o «estoy triste» en lugar de mostrar su enojo o tristeza a través de rabietas o comportamientos destructivos.
  5. Establece una norma de «hablar con respeto». Enséñale a respetar los límites y los sentimientos de los demás al hablar.
  6. Ofrece opciones y soluciones. Ayuda al niño a encontrar maneras de resolver problemas y tomar decisiones responsables.
  7. Establece un tiempo de «diálogo sin interrupciones». Establece un tiempo específico cada día para que el niño pueda hablar libremente y compartir sus pensamientos y sentimientos sin interrupciones.

 

Dar opciones al niño puede ser una manera efectiva de utilizar la disciplina positiva para evitar rabietas, ya que le permite sentir que tiene control sobre su entorno y tomar decisiones responsables. Algunas opciones que puedes ofrecer al niño incluyen:

  1. Opciones de actividades. Ofrece diferentes opciones de actividades para que el niño elija lo que quiere hacer. Por ejemplo, «¿Quieres jugar con tus bloques o con tu muñeca?».
  2. Opciones de alimentos. Ofrece diferentes opciones de alimentos saludables para que el niño elija lo que quiere comer. Por ejemplo, «¿Quieres una manzana o una pera?».
  3. Opciones de solución de problemas. Ayuda al niño a encontrar soluciones para resolver problemas y tomar decisiones responsables. Por ejemplo, «¿Qué podríamos hacer para que no te moleste el ruido de la aspiradora?»

Es importante tener en cuenta que algunas opciones pueden no ser viables o apropiadas en ciertas situaciones. Por ejemplo, si el niño tiene que usar un cinturón de seguridad en el coche, no es una opción que elija no usarlo. En estos casos, es importante ser claro y coherente con los límites y las consecuencias para que el niño entienda lo que se espera de él.

 

Proporcionar atención positiva y refuerzo puede ser una manera efectiva de utilizar la disciplina positiva para evitar rabietas, ya que ayuda al niño a desarrollar confianza y autoconcepto positivo. Algunas maneras de proporcionar atención positiva y refuerzo incluyen:

  1. Ofrecer elogios sinceros. Elogia al niño por sus comportamientos positivos y específicamente menciona lo que ha hecho bien. Por ejemplo, «Eres muy bueno compartiendo tus juguetes con tus amigos».
  2. Mostrar afecto físico. Demuestra tu afecto con abrazos, besos o palmaditas en la espalda.
  3. Establecer sistemas de recompensa. Establece un sistema de recompensa para recompensar comportamientos positivos. Las recompensas pueden ser cosas como puntos, estrellas o monedas que se canjean por premios.
  4. Ofrecer oportunidades de elección y autonomía. Dales al niño la oportunidad de tomar decisiones por sí mismos y de tener control sobre su entorno.
  5. Proporcionar tiempo de calidad. Dedica tiempo a jugar con el niño y a interactuar con él de manera positiva.

Es importante tener en cuenta que el refuerzo debe ser proporcional al comportamiento y coherente con los límites que has establecido. También es importante no sobre recompensar al niño, ya que esto puede llevar a comportamientos excesivamente dependientes de la recompensa.

 

Aprender a manejar las emociones puede ser una manera efectiva de utilizar la disciplina positiva para evitar rabietas, ya que le ayuda al niño a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable. Algunas maneras de aprender a manejar las emociones incluyen:

  1. Ayudar al niño a reconocer y nombrar sus emociones. Enséñale a identificar y nombrar sus emociones, ya sea a través de juegos, libros o conversaciones.
  2. Enseñar técnicas de manejo de estrés. Enseña al niño técnicas de manejo de estrés, como la respiración profunda, la meditación o la visualización, para que pueda manejar sus emociones de manera saludable.
  3. Establecer una norma de «manejo de emociones». Establece una norma en la que se espera que el niño maneje sus emociones de manera adecuada y le enseña cómo hacerlo.
  4. Ayudar al niño a identificar sus pensamientos y emociones. Ayuda al niño a reconocer cómo sus pensamientos y emociones están relacionados y a entender cómo pueden afectar su comportamiento.
  5. Proporcionar un ambiente seguro y estable. Proporciona un ambiente seguro y estable en el que el niño se sienta cómodo expresando sus emociones y pueda aprender a manejarlas de manera saludable.

Es importante tener en cuenta que es normal que los niños experimenten emociones fuertes y que es importante darles la oportunidad de expresarlas de manera saludable en lugar de reprimirlas. También es importante ser paciente y consistente al enseñar al niño a manejar sus emociones, ya que esto lleva tiempo y práctica.

 

Ser consistente es muy importante al utilizar la disciplina positiva, ya que les ayuda a los niños a entender lo que se espera de ellos y a tomar decisiones responsables. Algunas maneras de ser consistente incluyen:

  1. Establecer límites claros y coherentes y hacer cumplir las consecuencias de manera consistente. Por ejemplo, si has establecido que no se permite tirar juguetes, asegúrate de hacer cumplir esta regla cada vez que el niño la incumpla.
  2. Mantener una actitud y un lenguaje corporal consistentes. Asegúrate de que tu actitud y lenguaje corporal sean coherentes con tus palabras y acciones.
  3. Trabajar en equipo con otros adultos que interactúen con el niño. Asegúrate de que todos los adultos que interactúen con el niño estén al tanto de los límites y consecuencias y que los hagan cumplir de manera consistente.
  4. Ser consistente en la forma en que reaccionas ante las emociones del niño. Trata de mantener una actitud calmada y consistente, incluso cuando el niño esté frustrado o enojado.
  5. Ser consistente en tus expectativas. Asegúrate de que tus expectativas para el niño sean coherentes con su edad y nivel de desarrollo.

Es importante tener en cuenta que la consistencia no significa ser rígido o inflexible. Si es necesario, es importante estar dispuesto a modificar los límites y consecuencias en función del desarrollo y las necesidades del niño. También es importante ser coherente contigo mismo y asegurarte de que tus acciones y palabras estén alineadas.

 

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Guía Montessori de Casa de Niños y Formada por la AMI (Association Montessori Internationale, fundada por la Dra Maria Montessori) como "Children's House Assistants". Soy educadora de familias de Disciplina Positiva certificada por la Positive Discipline Association. También soy madre de tres niños a los que les transmito la filosofía montessori día a día fomentando su confianza, autonomía, autodisciplina y libertad. Creo que las capacidades de los niños en sus primeros años son un tesoro, y que nosotros tenemos la oportunidad de guiarles para que logren ser la mejor versión de sí mismos. Este es un mundo apasionante, descubrir y fomentar las capacidades de tu hijo no tiene precio, como no tiene precio su sonrisa.